viernes, 1 de julio de 2011

Mi Web Side Story

No pertenecer a ningún club, no formar parte de ninguna tribu, no ser parte indisociable de una pandilla, o incluso, de un movimiento cultural, por muy contracultural que éste fuese. Desde que tengo memoria me han gustado los personajes solitarios, pero, en mi caso, ese posicionamientono encerraba nada parecido a la misoginia. Me sentía identificado con ese cowboy, de pasado desconocido y, posiblemente, turbio, que llegaba a un pequeño pueblo y, sin lanzar las campanas al vuelo, en voz baja, solucionaba algunos entuertos, para, después, continuar su camino, de forma discreta,y rumbo a un destino que nadie, ni siquiera el, conocía.


 
Ya más mayor, en mi segundo nacimiento, o sea, la adolescencia, comencé a sentirme cercano a personas como el gran Gatsby, un hombre condenado a un amor imposible, y que celebra grandes fiestas en las cuales no participa; prefiere observar, desde la distancia, como la gente disfruta mientras él espera que cualquier noche se presente en su casa la mujer que reina en todos sus sueños.
Con los años, mis costumbres no cambiaron. Trabajé en un periódico, pero sin estar en nómina. Trabajé en una televisión donde había que fichar,y a los pocos meses presenté mi dimisión. En definitiva, y aunque, quizá, sea una forma algo simple de expresarlo, he llegado a la conclusión de que mi actitud en la vida se debe a una constante necesidad de libertad. Esto puede sonar muy bonito, pero os aseguro que tras el enunciado existen muchas capas, y muchas de ellas son propicias para que recorrer el camino independiente que has elegido sea una travesía plagada de trampas.
El caso es que llegué a Madrid en 1981, cuando Tierno Galván estaba transformando el "Madrid me mata" en el "Madrid, claro que sí". Ingresé en la Escuela de Arte Dramático (cuando estaba en la Plaza de Ópera), y a los pocos meses, y al igual que había sucedido en los colegios e institutos, me expulsaron por una supuesta indisciplina. No me importó demasiado, me estaba haciendo mayor de edad, y con ello se producía mi tercer y definitivo nacimiento. A partir de entoces me entregué al descubrimiento del mundo en sus más dispares facetas. De todas formas, seguí sin pertenecer a ninguna pandilla. No intenté ser adoptado por las tribus de Colomo, Trueba, Almodovar, Gutiérrez Aragón, Cuerda o García Sánchez. Quise conocer a alguno de ellos para conseguir trabajo como actor. Utilizando modos originales y arriesgados (y posiblemente, estúpidos) les hice saber quien era, con la esperanza de que algún día habría un personaje para mí. No sucedió, practicamente, nada.
Han pasado muchos años desde aquellos días. He amado con locura, he visto naufragar sueños más allá de la Puerta de Alcalá, he vivido en otros países, y un buen día de 1989 me pasé detrás de la cámara. Alguien, mi amigo Fran Otero, me dijo que si escribía tantas cosas, lo mejor que podía hacer era dirigirlas yo mismo, y así, con un poco de suerte, yo mismo me daría un papel.

He realizado hasta hoy, 30 de Julio de 2011, 58 cortos, 2 largos, 1 tvmovie y 4 documentales. No he parado de escribir ni de llevar mis ideas a la pantalla, y sigo sin pertenecer a ningún club. ¿Me equivoqué? Puede que sí, pero las cosas son como son; si todo va bien, este invierno rodaré en New York y Galicia
el largo "Little Galicia", una comedia en la que espero se vea reflejado que todo lo aprendido hasta ahora ha merecido la pena.
De momento, la vida continúa sorprendiéndome. El pasado 28 de Junio, en la librería Ocho y medio, se hizo la presentación de un libro titulado "Alber Ponte,corto en las venas", un estudio sobre mi obra y trayectoria escrita por dos catedráticos de una universidad alemana que, quiza. desconocen, que el título del libro bien podría ser una referencia a mi vocación suicida. El caso es que me siento extraño, porque no dejo de pensar en las mil historias que aún quiero contar, y en si habrá alguien interesado en leer cosas sobre mí. (La familia y seres queridos no cuentan)

Y para redondear mi asombro, conozco a un hombre llamado Jose Luis del Olmo, que me presenta a Javier Culebras (apellido fascinante, sin duda),un tipo amable que, sin más, se ofrece para ayudarme a tener mi propia web. Y sí, amigos, hoy acabo de entrar, por primera vez en un club.
Yo, que nunca he chateado, que aún escribo cartas a mano, que no sé nada del FaceBook ni de otras cosas por el estilo, de repente, estoy aquí, asomado a la ventana. ¿Hay alguien ahí? ¿Hay alguna persona de la que no sepa nada desde hace mucho tiempo? En fin, espero estar a la altura de la misión, espero que me perdonéis por enrrollarme tanto, espero que por dedicar tiempo extra al ordenador no descuide las grandes
amistades que tanto me gusta cultivar.

Hola, me llamo Alber (sin t) Ponte, mi vida está hecha de rodajes, y hoy he vuelto a nacer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Alber!
Bienvenido al espacio digital.
Fdo. Tu fan parleño

Alber Ponte dijo...

Muchas gracias!!!