Bueno, chicos, como podréis comprobar, y gracias a la destreza y afán de superación de mi amigo Chencho,
las cosas siempre se pueden mejorar. ¡Tres hurras y tres disparos al aire por Chencho!
De todas formas, en el mensaje anterior sí acerté en un detalle, pues, si de algo estoy ahora seguro es que
el anterior cartel (el de Cantinflas en el Oeste) ya se ha convertido en una pieza de coleccionistas.
Sin duda, la madre de Mahoney lo colocará encima de la chimenea.
Os mando una estampida de abrazos.
miércoles, 5 de junio de 2013
lunes, 3 de junio de 2013
Ya está cerca
Hola, amigos de la pradera, ya falta poco para que nos volvamos a reunir
en nuestro refugio favorito; sí, lo habéis acertado, estoy hablando del Colladito.
(¡Tres hurras y tres disparos al aire!) y lo haremos para asistir, en especial primicia privada,
a un evento muy esperado.
Os mando un pequeño adelanto, obra de mi gran amigo Chencho Campos, y que en su día será
un tesoro de los coleccionistas más exigentes.
Y los que no encontréis vuestro nombre, don't worry, en la carátula del dvd
y en los créditos iniciales y finales de la peli aparecemos, absolutamente, TODOS.
lunes, 22 de abril de 2013
A propósito de Demasiado lejos
Hace muchos años, siguiendo las desbocadas órdenes de mi corazón, me fui haciendo
dedo hasta Valencia y ya desde allí, con pocas pesetas en mis bolsillos, me
colé en un tren para llegar a Gandía, el lugar donde se encontraba la persona
que, en aquellos días y noches, daba una razón de ser a todos mis acelerados
latidos. Era la primera vez que estaba en el Levante, y cuando iba en el tren
me sorprendí mucho al descubrir los arrozales que se extendían a ambos lados de
la vía; si me hubiesen dicho que me acababa de despertar en la legendaria China
no lo hubiese dudado. Después, descubrí el mar Mediterráneo y en su orilla, el
bendito azar quiso que la llamada de mi corazón encontrase el eco soñado. Por
supuesto, la imagen de los arrozales pasó a un muy segundo término, pero, aún
así, quedó convenientemente archivada en mi disco duro. Es curioso, ha pasado
tanto tiempo desde este recuerdo tan lejano que me da la sensación de que
pertenece a una anterior reencarnación.
Ver vídeo aquí
Miles de días más tarde, y habiendo, incluso, cambiado de siglo, me encontraba impartiendo un curso de guión en las dependencias de ACE (Agencia Nacional del Cortometraje), situadas por entonces en la madrileña Calle Mayor. Uno de mis alumnos se llamaba (y llama) Javier Navarro, un joven ingeniero de Valencia que se había apuntado a las clases respondiendo a su escondida vocación. Fue tal nuestra mutua empatía que la noche en que nos despedíamos, él me pidió estar presente en alguno de mis próximos rodajes, y yo, que en ese momento (y aunque suene raro) no tenía todavía claro cuál sería misiguiente proyecto, ni corto ni perezoso, le propuse que se lanzase al vacío y se atreviese a ayudarme a producir un corto que, obviamente, se rodaría en Valencia, y que de ese modo, yo estaría encantado de tenerlo a mi lado y enseñarle todo lo que fuese posible, en la preproducción, rodaje y posproducción. Para mi gran sorpresa y alegría, Javier, tras unas mínimas dudas, se apuntó a la aventura y yo, con el entusiasmo que me embarga en cada nuevo proyecto, me encerré en mi casa y dejé abierto el grifo de mi imaginación.
Ver vídeo aquí
Miles de días más tarde, y habiendo, incluso, cambiado de siglo, me encontraba impartiendo un curso de guión en las dependencias de ACE (Agencia Nacional del Cortometraje), situadas por entonces en la madrileña Calle Mayor. Uno de mis alumnos se llamaba (y llama) Javier Navarro, un joven ingeniero de Valencia que se había apuntado a las clases respondiendo a su escondida vocación. Fue tal nuestra mutua empatía que la noche en que nos despedíamos, él me pidió estar presente en alguno de mis próximos rodajes, y yo, que en ese momento (y aunque suene raro) no tenía todavía claro cuál sería misiguiente proyecto, ni corto ni perezoso, le propuse que se lanzase al vacío y se atreviese a ayudarme a producir un corto que, obviamente, se rodaría en Valencia, y que de ese modo, yo estaría encantado de tenerlo a mi lado y enseñarle todo lo que fuese posible, en la preproducción, rodaje y posproducción. Para mi gran sorpresa y alegría, Javier, tras unas mínimas dudas, se apuntó a la aventura y yo, con el entusiasmo que me embarga en cada nuevo proyecto, me encerré en mi casa y dejé abierto el grifo de mi imaginación.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)